La historia de Cartelle los llevan ineludiblemente a hablar de Celanova y su monasterio benedictino que, junto a otros, ejercieron gran influencia y fueron los motores de la economía de la Galicia rural en la Edad Media. La jurisdicción del monasterio se extendía por toda la comarca y amplias zonas de la provincia y de fuera de ella, estableciendo prioratos que recaudaban rentas. En la zona próxima al Miño, los monjes estimularon el cultivo del viñedo. Prueba de su influencia son las ruinas del antiguo castillo de Sande, que fue cedido al monasterio por Alfonso VII en el siglo XII. El abad del monasterio acumuló varios títulos; conde de Bande, marqués de la Torre de Sande y capellán de la Casa Real.